Si la cirugía plástica y estética en general nació como solución a las terribles heridas de guerra y de los castigos por delitos cometidos, y las intervenciones mamarias comenzaron a realizarse por la necesidad de reconstruir el pecho amputado de algunas mujeres. Según los estudios al respecto, la primera referencia data de 1887: el cirujano francés Verneuil utilizó un fragmento de una mama sana para reconstruir la otra. Pocos años después, en 1895, el profesor de cirugía alemán Czerny publicó un caso de reconstrucción tras mastectomía donde, sorprendentemente, el implante resultó ser un gran tumor extraído de la región lumbar de la propia paciente.
El siglo XX nos dejó, sin embargo, las primeras prótesis elaboradas con materiales sintéticos, aunque aún quedaba muy lejos de lo que ahora conocemos realmente como «prótesis» porque los primeros implantes se realizaron con, nada más y nada menos, que bolas de cristal(intervención realizada por Schwarzmann en 1930). Dicho material se continuó usando durante una década, y posteriormente se fueron sumando a esta lista componentes como poliéster, poliuretano o incluso esponjascompuestas de alcohol. En todos los casos, esta clase de sustancias producían intensos dolores, infección y otras gravísimas complicaciones, por lo que estos primeros intentos acabaron en fracaso.
La silicona para este tipo de intervenciones no se empleó hasta el año 1962, hace ahora cincuenta años. Fue entonces cuando los americanos Thomas Cronin y Frank Gerow presentaron su mayor desarrollo en esta rama hasta el momento: una envoltura lisa de elastómero de silicona que contenía gel de silicona -bien tolerada por el cuerpo humano-, y que además tenía una consistencia natural que podía equipararse a la mamaria. Tan sólo tres años después, Arion presentó en Francia una prótesis hinchable, la cual fue mejorada en los años setenta con los implantes de » doble compartimento», que contenían por un lado gel de silicona y por otro suero fisiológico. Esta rápida evolución desencadenó la popularización de la vertiente estética que empezaba a protagonizar la cirugía de la mama, que hasta ahora se destinaba sobre todo a reconstrucciones tras mastectomía.
El gran obstáculo a estos primeros pasos en la investigación moderna surgió en 1992, cuando los rellenos de silicona fueron prácticamente prohibidos en varios países, porque se temía tieran relación directa con el origen de algunas enfermedades autoinmunes. Este hecho fue contraproducente, ya que propició la aplicación de nuevos materiales en los implantes, como los triglicéridos, los cuales demostraron finalmente ser tóxicos y tuvieron que ser retitados. Finalmente, los estudios lograron demostrar que el gel de silicona no estaba vinculado en absoluto con complicaciones en el sistema autoinmune de las mujeres. En la actualidad, tanto la silicona como el suero siguen siendo los componentes usados al fabricar los implantes mamarios de hoy en día.
Tomado de https://www.doctoragrande.com/historia-de-la-cirugia-plastica/