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Luego de un embarazo, modificar el cuerpo con cirugía plástica es una realidad. La meta: quedar incluso mejor que antes de esos nueve meses de espera.

Tener un hijo implica todo tipo de cambios; los psicológicos y de estilo de vida son, quizá, los más duros y difíciles de llevar. ¿Lo bueno? Siempre pasan y las mujeres con el tiempo nos adaptamos. Lo irremediable: un embarazo deja secuelas en la parte física que permanecen con los años y pueden acentuarse al crecer la familia. Esto lo notamos sobre todo en los senos y vientre, que pierden volumen y elasticidad. El mommy makeover es la tendencia en cirugía plástica para las mamás. En éste se agrupan diversas cirugías plásticas de reconstrucción, destinadas a devolver la silueta inicial y también a reconstruir lo que no gustaba antes de la maternidad.

De acuerdo con Jennifer Gaona, cirujana plástica, estética y reconstructiva en Bogotá, Colombia, “después de tener un bebé hay muchos cambios psicológicos y físicos, esto debido a cuestiones hormonales. El mommy makeover aborda todos estos cambios de modo integral. Es una transformación en la que también se debe manejar la parte psicológica, nutricional y de entrenamiento físico, pues no se trata de realizar una cirugía y ya, sino de cambiar los hábitos y la manera de pensar para que los procedimientos quirúrgicos sean solo un paso de un cambio en el estilo de vida”, afirma la experta.

La esencia de la transformación

De manera general en un mommy makeover se reconstruye los senos y el vientre. Según el Dr. Juan Carlos Zambrano, cirujano plástico, estético y reconstructivo de la clínica Gaona Zambrano en Bogotá, Colombia, el objetivo es devolver el contorno corporal, principalmente, en cintura, y recuperar la fortaleza de la pared abdominal, complementando con posición y volumen del busto, aspectos que más cambios tienen tras un embarazo y en los que se aconseja el manejo quirúrgico. Es importante que antes de someterse a una transformación como ésta, se considere si se tendrán más hijos, ya que procedimientos como la abdominoplastia pueden verse comprometidos con una segunda o tercera gestación.

Mujer
(Foto: Archivo)

La caída inevitable

Si hemos amamantado a un bebé se puede pensar en un levantamiento de senos después de esta etapa. Durante la lactancia, por razones hormonales, los senos aumentan de tamaño y peso y una vez terminada ésta, presentan menor volumen y tejido expandido, e inevitablemente cae, esta vez no por culpa de la gravedad. “Lo recomendable es esperar unos tres meses después de terminada la lactancia para que el tejido glandular regrese de manera fisiológica y se tenga un volumen del seno estable. Ahí se valora y se define, junto con la paciente, sus deseos en torno de la posición ideal y volumen mamario”, asegura el Dr. Zambrano. El levantamiento es un procedimiento que consiste en llevar el tejido nuevamente a una posición más arriba. De acuerdo con el experto se llama pexia mamaria y en ésta se reposiciona la areola y el pezón, se retira piel y se fijan los tejidos de manera que se tenga más volumen en el polo superior.

En algunas ocasiones se puede acompañar con la colocación de implantes. Las cicatrices quedan cerca de la areola, por lo cual pasan inadvertidas. La recuperación es tranquila y en 10 o 15 días se puede regresar a las actividades cotidianas. Al principio se aconseja evitar movimientos bruscos y levantar peso, pero no incapacita a la paciente para cuidar a su bebé. En este levantamiento no se recomienda para mujeres que continúen la lactancia o que tengan alguna condición de origen infeccioso activo. Los costos varían de acuerdo con el cirujano plástico, el hospital y los cuidados complementarios; sin embargo, no es un procedimiento que deba valorarse por su precio, sino por aquel médico que aporte confianza y seguridad.

EN ÁMERICA LATINA, UNA RECONSTRUCCIÓN MAMARIA CUESTA EN PROMEDIO DE 2,500 A 5,000 DÓLARES.

¡Más volumen, por favor!

La mejor manera de aumentar el busto después de haber sido mamá es con implantes mamarios o con infiltración de grasa (la cual se inyecta de la paciente, previamente tratada).

Según el Dr. Zambrano es preferible utilizar en madres los implantes de gel de silicona de referencia redonda y con cobertura lisa. “Tener implantes mamarios no es contraindicación para la lactancia. Se puede tener una lactancia normal en pacientes que se han puesto implantes, pues éstos por su ubicación no interfieren con la producción y con la salida de la leche materna, ni suponen alguna contaminación de ésta”, afirma el especialista. Si se está planeando un embarazo, el especialista aconseja esperar a terminarlo para someterse a una cirugía de levantamiento o aumento.

La reconstrucción del abdomen

Después de un embarazo se pueden realizar hasta tres tipos de cirugías en la zona abdominal. Según el caso, se aconseja una liposucción con marcación abdominal, donde se extrae grasa para modelar la cintura, una minilipectomia (donde se cierran los músculos rectos abdominales para eliminar la barriga y retirar la piel sobrante) o una lipectomia, donde se quitan estrías y la piel que queda debajo del ombligo y se cierran los músculos abdominales para devolver el tono muscular. “Lo más difícil de estas cirugías son los tres primeros días de convalecencia, pero después del cuarto día se sienten mucho mejor, con menos dolor y con mayor libertad para moverse. En ninguno de estos procedimientos se recomienda guardar reposo, se debe caminar y moverse para disminuir al mínimo posibles complicaciones. También es necesario utilizar una faja y terapias posoperatorias para disminuir el dolor e inflamación de manera muy rápida.

Vientre plano

Un mommy makeover en la zona abdominal ayudará a reducir volumen, levantar la piel, eliminar depósitos grasos y a tonificar el área. “Se puede realizar en promedio desde los tres meses posparto, según la involución del útero, es decir, qué tan rápido retorne a su tamaño normal. En algunas lo es, pero en otras un poco más lento y esto se debe a factores hormonales y genéticos. Lo más importante es saber si quieren más hijos pronto, ya que siempre les recomiendo tener todos los bebés deseados antes de realizar este tipo de cirugía, pues pueden volver a salir estrías o a padecer cambios en los senos que afectan el resultado final”, aconseja la Dra. Jennifer Gaona.

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(Foto: Archivo)

La aparatología al rescate

Un tratamiento que acompaña bien a estas cirugías abdominales es el FIXER, un aparato que ayuda a devolver la elasticidad a la piel. “Se trata de una radiofrecuencia dirigida que nos permite tensar la piel de diferentes partes del cuerpo y de la cara, incluido el abdomen”, afirma la experta. Su compañero es el PLASMAGE, aparatología destinada a favorecer la elasticidad y que adelgaza las estrías. Ambos son recomendados después de los embarazos, ya que mantienen la buena apariencia del abdomen, tras un procedimiento quirúrgico.

Por: Beatriz Portuguez / Foto: Archivo 

Tomado de: www.vanidades.com

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